Está siempre en actividad, aunque a su ritmo, y cuando se detiene se siente totalmente agotada porque ha acumulado tensión y sobrecarga mental. No sabe exteriorizar sus emociones; esta actitud resulta poco saludable, porque finalmente afloran en su cuerpo diferentes somatizaciones. En el campo del intelecto es la reina de la sabiduría, posee una mente muy activa y vivaz. Procura siempre mantener una vida equilibrada, y reacciona con mucha madurez frente a sus problemas.
Los del signo serpiente se involucran mentalmente en todos los acontecimientos. Analiza y planifica tanto que oprime su corazón quedando disociada entre lo racional, lo que debe ser y lo que realmente desea. Su necesidad de control resulta de un sentimiento escondido de omnipotencia. El desafío espiritual es tomar conciencia de nuestra maravillosa pequeñez dentro del universo, y aprender a soltar los deseos de superioridad. No se sentirá menos poderosa por no tener todo bajo control. Por el contrario, aprenderá a relajarse y delegar.
Al signo serpiente le cuesta mucho relajarse, por lo que acumula una tensión nerviosa y muscular que le trae contracturas, especialmente en el cuello y la espalda, dolores de cabeza y problemas de presión arterial. No acostumbra a exteriorizar sus emociones y esta actitud resulta poco saludable porque finalmente afloran en su cuerpo con síntomas de dolor o enfermedad. Sus partes más vulnerables son la cabeza y la cara, los oídos y la garganta, el cuello y la boca. Suele subrir de fatiga crónica. No debe descuidar mantener una buena alimentación, equilibrada y variada.
Automasaje diario y respiración para desestresarse.
Gimnasia para cuidar la columna vertebral.
Disminuir el consumo de carnes grasas, legumbres y huevos, y aumentar el de pescado, verduras y hortalizas como acelgas, espinacas, brócoli o lechuga.