El Perro es físicamente fuerte, pero su mente le suele jugar malas pasadas. El signo tiene tendencia al pesimismo por su falta de fe y a ver la vida con sentido trágico. Es en esencia idealista y muy sensible, le gusta vivir en armonía con su entorno. Evita los conflictos, prefiere huir antes de llegar a la violencia. Altamente influenciable, las presiones del entorno pueden agobiarlo con facilidad, lo cual le causa frecuentes crisis de agotamiento.
El perro no presenta excesivos problemas de salud excepto aquellos relacionados con los nervios, que parecen aflorarle en cualquier momento, sobre todo si no disfruta de un hogar estable. El signo perro es pesimista y falto de fe, por lo que siempre cree padecer alguna dolencia grave, hasta que finalmente enferma de los nervios. Tiende a padecer trastornos psiquiátricos como la paranoia y la obsesión; puede también ser propenso a la depresión y eso se debe a que vivi mucho en el pasado. Las partes vulnerables del cuerpo son los riñones, las caderas y las vértebras, el aparato reproductor y la piel en general. Casi nunca padecen enfermedades graves, e incluso lo que tienen mayor edad aparentan menos años.
La melancolía y pesimismo al que es propenso este signo tiene una profunda raíz espiritual que solo mediante un laborioso trabajo de autoconocimiento podrá superar. Es importante que encuentre estrategias para hacer que sis pensamientos fluyan, que la energía mental no se estanque. Identificar su misión en la vida dará un sentido imprescindible a su existencia. Si descubre hacia dónde va y para qué, entonces el Perro dejará de entristecer, encontrará en su interior la fortaleza para seguir adelante a pesar de las desiluciones.
Caminata en espacios abiertos, soleados y con vegetación.
Infusiones y agua para depurar el organismo de toxinas.
Actividades que fortalezcan la espalda y den flexibilidad articular: yoga, elongación, pilates, natación, meditación en movimiento.