Es robusto y vigoroso, su energía es sensual y siempre busca la libertad y la independencia, por eso es el símbolo de la independencia. En general goza de buena salud pero le cuesta regular la energía, es intenso e impulsivo. Entonces a veces se extralimita y por esa causa termina agotado. Tiene tendencia a absorber los problemas ajenos hasta que se desborda con reacciones iracundas o fóbicas.
El signo caballo tiende a cometer abusos que le ocasionan ciertos problemas de salud, y padece enfermedades relacionadas con el estrés; por lo demás, suele ser fuerte y saludable. Sus partes vulnerables son los músculos, las extremidades y la espalda. Como es bastante nervioso acumula en su cuerpo estrés y ansiedad, que repercuten negativamente en su aparato respiratorio y digestivo. Es propenso a las caídas y fracturas, por lo que deberá manejarse con cuidado para no caerse. Es conveniente que aprende a comer despacio, relajado y de una forma variada para hacer mejor la digestión.
El nativo del signo caballo tiene un rico mundo interior, pero a veces su incapacidad para administrar las emociones y energía hacen que quede atrapado en sus propias confusiones. Su desafío espiritual es aprender a escuchar su sabio interior, su ser iluminado. Controlar los impulsos, registrar las situaciones. Deberá también intentar obtener de cada persona y lugar lo positivo, y mantenerse íntegro y concentrado en sus objetivos para sentirse fuerte y poder lograrlos. La oración, la meditación, las técnicas de autocontrol, la buena lectura y los hábitos saludables disciplinados le favorecerán.
Tenis, gimnasia y carreras de velocidad.
El trabajo aeróbico le activa la circulación y aumenta su capacidad respiratoria.
Caminar al aire libre, bicicleta, tareas de jardinería, bailar, son muy benéficos para el signo.